lunes, 22 de septiembre de 2008

LAS INTERPRETACIONES DEL SILENCIO NOCTURNO




LAS INTERPRETACIONES DEL SILENCIO NOCTURNO


En nuestra querida Olesa, como en el resto del planeta (aunque nos parezca mentira), también se pone el Sol. Con la llegada de la noche, poco a poco, se impone el silencio. Para algunas personas ese silencio no existe, dicen no dejar de escuchar gritos ruidos extraños. Si es verano y vive usted en las Ramblas, lo siento, son ciudadanos que, al contrario que usted, no tienen la necesidad de dormir por la noche y dedican su tiempo de ocio a disfrutar de las terrazas. Este es un buen ejemplo para que reflexionemos por enésima vez sobre como compatibilizamos el ocio nocturno con el descanso nocturno.

Porqué en Olesa, aunque a algunos les parezca mentira, hay personas que creen que este es un lugar demasiado silencioso. Que salir un viernes por la noche es enfrentarse a panorama desolador en cuanto a ocio nocturno se refiere. Es curioso escuchar a padres quejándose de que aquí no hay “marcha”, y se quejan por la razón más noble del universo, sus hijos. Saben que todo joven siente la necesidad de divertirse, de ir a locales que ahora llamamos de ocio nocturno, que vienen a ser las discotecas y bares musicales de toda la vida, pero en versión administrativa. Y es que, si no los encuentran aquí, irán a buscarlos fuera, y los más probable es que lo hagan en coche, y eso da mucho miedo.

De momento gana la opción conservadora, pocos empresarios se atreven a enfrentarse a esta corriente arrolladora. Mientras nuestros jóvenes se arriesgan en coches, nuestros restaurantes ven decrecer su clientela por la noche, porqué cuando acabas de cenar ¿Qué haces? Y es menos atractivo nuestro pueblo para los jóvenes y no tan jóvenes, que nos apetece tomarnos compartir la noche con amigos, y, excepto en verano, es difícil.

Y en frente ciudadanos influyentes quejándose y recurriendo al “cuando esto era un pueblo de verdad y no había gente de joven se vivía mejor”. Es curioso escuchar a los que llevan años aquí explicar como Olesa tuvo discotecas, bares musicales llenos y una rica vida nocturna, y que la gente dormía igual.

Conjugar ocio nocturno y descanso es difícil, pero hay que hacerlo. Ya sabeis, por los altos por los bajos, por los jóvenes , por los menos jóvenes, por los gordos, por los flacos, por los que gobiernan, por los que sueñan con hacerlo...

Con una copa en la mano: ¡Salud!



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